Parece el típico sermón, pero no lo es. Nada más alejado. En pleno verano quizás veas este tema de reojo. Aún así te contamos por qué mantener a raya el consumo de alcohol y seguir disfrutando es posible.
El alcohol: enemigo silencioso
Ya sabes que¡Fumar podría evitar que salgas bien en los exámenes!Pues otro tanto pasa con el alcohol, enemigo silencioso del bienestar y las buenas calificaciones. Su consumo frecuente a edades tempranas tiene importantes efectos nocivos. Desde alteraciones en la anatomía del cerebro, pasando por la problemática en la escuela y las relaciones con otros, hasta luego un impacto profundo en las posibilidades laborales de las personas.
Investigaciones han demostrado que en España el consumo de alcohol inicia a los 16 años. El 35% de los jóvenes entre los 15 y los 24 años ha indicado sufrir una intoxicación etílica en el último mes. En la mayoría de los casos, los factores que empujan a consumir a edades tempranas están asociados al uso del alcohol en circunstancias recreativas o bien como medio para conocer a otras personas. Pero la presencia de alcohol en el entorno familiar es determinante para que el consumo sea realmente elevado.
El alcohol afecta al cerebro
Consumir alcohol afecta negativamente a las funciones cognitivas de los estudiantes y a su rendimiento académico. Ello puede conllevar fácilmente al fracaso y abandono de los estudios. La conocida pérdida de la memoria a corto y mediano plazo impacta en la memorización y en la velocidad de procesamiento del cerebro. Por lo que no hay duda de que el alcohol podría ponerte en un aprieto en temporada de exámenes. Sin embargo, si el consumo en exceso de alcohol es prolongado en el tiempo podría llegarse a sufrir de cirrosis, mío cardiopatía y daño a los nervios, entre otras patologías.
Durante el primer año de universidad, los estudiantes viven un importante período de cambios. La necesidad de determinar la propia identidad y encontrar amigos es determinante, en especial si se está lejos de la familia y el hogar. Es en esta etapa que el consumo de alcohol aparece como una alternativa de ocio y de conexión social. Además, con la mayoría de edad cumplida, existe una mayor facilidad de adquirir alcohol y consumirlo. Todo ello termina en episodios de consumo intenso y en corto de tiempo, y finalmente en conductas agresivas, conducción temeraria causante de accidentes o sexo sin protección.
Mantener a raya el consumo de alcohol y seguir disfrutando es posible
Si te has convencido de la importancia de empezar a bajar tu consumo de alcohol, te proponemos algunos consejos basados en las recomendaciones de National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism:
- Revisa tus patrones de consumo de alcohol: anota la cantidad diaria de alcohol que bebes por semana y planifica una meta para reducir tu consumo.
- Conoce cuándo es suficiente: un trago estándar es una lata o botella de cerveza de 12 onzas (355 ml), una copa de vino de 5 onzas (148 ml), una mezcla de vino con refresco, 1 cóctel o 1 trago de licor fuerte. Más de eso es caer en el exceso.
- Fija el ritmo cuando consumas alcohol: también es importante entender la frecuencia con la que consumimos alcohol. Evita tomar más de 1 bebida alcohólica o trago estándar cada hora. Si necesitas hidratarte, toma agua, gaseosas o zumo entre tragos con alcohol.
- Come siempre antes de beber y entre el consumo de tragos: además acompañar un trago estándar con alguna comida permite socializar con otros de una mejor forma.
- Sustituye bebidas destiladas o de alta graduación por otras de menor concentración, como la cerveza o el vino, que son menos dañinas.
- Mantén el control de tus decisiones: evita que otras personas te digan cuando o cuánto beber, o a quienes te presionan para consumir alcohol cuando no deseas hacerlo.
- Planea actividades sin alcohol: disfrutar no debe estar ligado a consumir siempre alcohol; puedes divertirte, conocer personas y lugares sin tener que tomar. Puedes probar hacer ejercicio, hacer un pasatiempo que has abandonado, visitar la ciudad o pasar un día divertido en algún parque de atracción.
- Mantén el alcohol fuera de tu hogar o habitación: de esta manera evitas su consumo diario.
- Si consideras que no puedes dejar de beber alcohol por alguna razón, busca apoyo de tu familia y amigos.