En alguna ocasión has escuchado hablar de desordenes alimenticios, un mal común y silencioso. Decimos esto porque se trata de trastornos más frecuentes de lo imaginable pero de los que se habla poco o casi nada. Por ello nuestra intención es aclarar qué son y cómo afecta a las personas que los padecen.

Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, SEMG, el 70% de los adolescentes no se siente a conforme con su cuerpo y 6 de cada 10 chicas piensan que serían más felices si fueran más delgadas. Alrededor del 30% de ellas muestra conductas patológicas.

Conocer sus síntomas y aprender a diferencias los distintos trastornos de alimentación puede ayudar a adolescentes y jóvenes, y a sus familias, a prevenirlos y tratarlos de la forma más adecuada y sobre todo a tiempo.

¿En qué consiste un desorden alimenticio?

Los desordenes alimenticios implican trastornos que tienen impacto en la dieta diaria de las personas. Ya sea reduciéndola o provocando excesos en los hábitos de alimentación. Se caracterizan por impulsos de ansiedad acerca de la imagen que los individuos tienen de sí mismos. Evidentemente, requieren tratamiento psicológico para superar estos males que los afectan y de los que no son conscientes.

Este tipo de trastornos es frecuente en la adolescencia y la juventud temprano en la que la presión social tiene consecuencias en la identidad de las personas, en su autoestima y en su personalidad. Sin embargo, niños y adultos también pueden ser víctimas de estos desórdenes.

Algunas de las causas más frecuentes de los desórdenes alimenticios son el actual culto al cuerpo, el exhibicionismo en redes sociales, así como las ideas acerca de lo bello y de lo que debe ser socialmente correcto y aceptado. Todo ello mina la autoestima de las personas hasta poner en riesgo su salud tanto física como emocional.

Conoce los desórdenes alimenticios más comunes

En líneas generales los desórdenes alimenticios más comunes son:

Anorexia nerviosa

Caracterizada por un adelgazamiento físico rápido y visible, que las persona que sufre el trastorno persigue y desea. Se trata de un individuo que sufre de una percepción distorsionada de la imagen que tiene de sí misma, y rechaza la idea de un peso normal o saludable.  Es decir, evita a toda costa la subida de peso a pesar de su malestar físico y hace todo lo posible por mantenerse en su estado de adelgazamiento.

Las personas que sufren de anorexia nerviosa consumen alimentos en forma muy reducida o a la mínima expresión posible. La alimentación restringida a la que someten a su cuerpo causa alteraciones en el ciclo menstrual de las mujeres y problemas de salud graves como la anemia o desnutrición en ambos sexos.

Aunque se trata de una afección grave,  la mayoría de los individuos se recuperar rápido con el tratamiento adecuado. Sin embargo si no es tratado de la forma correcta, podría cronificarse y empeorar.

Algunas de las conductas habituales que acompañan este desorden alimenticio son:

  • La obsesión con el físico y la alimentación.
  • Pesarse varias veces al día.
  • Consumir alimentos de forma muy escasa o reducida y programada.
  • Algunos personas podrían sufrir de algunos periodos de atracones masivos de comida, seguidos de recaídas en la anorexia, como someterse al ejercicio excesivo, inducirse vómitos o consumir diuréticos.

Bulimia nerviosa

Este desorden alimenticio no es igual que la anorexia. Su característica principal es el consumo de grandes cantidades de alimentos y enseguida sentirse culpable por hacerlo  y no controlar  sus impulsos. Esto lleva al individuo a deshacerse de forma agresiva e los alimentos consumidos durante el atracón mediante vómitos inducidos, ingesta de laxantes o diuréticos.

Las personas que sufren de este trastorno también pueden optar por ayunos continuados después del atracón o ejercitarse excesivamente.

Las personas que padecen de bulimia pueden presentar un peso normal o incluso sobrepeso, a diferencia de las que padecen anorexia. En ambos desórdenes, las personas ven su imagen persona distorsionada y están obsesionadas con su aspecto físico.

La bulimia puede causar problema del corazón, deterioro dental y deshidratación entre otras consecuencias físicas.

Pica

Este trastorno alimenticio más común de la infancia implica que las personas ingieran sustancias sin valor nutritivo, o lo que es peor tóxicas. Podrían consumir papel, tierra o pintura, por ejemplo y provocarse graves lesiones en el sistema gastrointestinal.

Trastorno por rumiación

Este desorden consiste en regurgitar el alimento ingerido o masticado, para volverlos a tragar o arrojarlos fuera de la boca. También es más común de la infancia y conlleva déficits nutritivos, bajo peso o pérdida de piezas dentales entre otras consecuencias para la salud.

Trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos

Se trata de un trastorno que, aunque también es común de la infancia, puede persistir en la adultez. Las personas evitan alimentos  por su color, olor o textura. Ello implica también la posibilidad de déficits nutricionales o una alimentación poco balanceada.

Trastorno de atracones

Algunas personas presentan episodios de atracones o consumo de alimentos de forma descontrolada. Pero en este caso, al contrario de la bulimia, los individuos no se sienten culpables y buscan compensarlo con conductas excesivas.

Este trastorno está relacionado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y trastornos asociados a la obesidad.

¿Cómo identificar un trastorno o desorden alimenticio?

Conocer los síntomas de los desórdenes alimenticios puede permitirte ayudar a otras personas y a ti mismo a buscar soluciones a tiempo. A continuación se proponen una serie de síntomas que debemos observar con cuidado para evitar que se conviertan en un trastorno grave y crónico:

  • Pérdida rápida y significativa de peso
  • Saltarse las comidas
  • Contar las calorías de todo lo que come
  • Ir al baño después de las comidas y vomitar
  • Comer en exceso en corto tiempo
  • Criticar su cuerpo
  • Ejercitarse de forma excesiva
  • Beber demasiada agua en poco tiempo
  • Presentar culpabilidad a la hora de comer
  • Otros síntomas físicos: caída de pelo, amenorrea, dientes desgastados, entre otros.

Si observas alguno de estos síntomas en un familiar o en amigos, o te identificas con alguno de ellos, consulta con un especialista o convéncelos de hacerlo.

Desordenes alimenticios también son cosas de chicos

La mayoría piensa que los desórdenes alimenticios afectan solo a las niñas y las mujeres. Pero investigaciones de la Universidad de Harvard afirman que un cuarto de las personas que sufren anorexia son de sexo masculino. Por lo general, los hombres tienden a evadir más el problema que las mujeres, o negarlo.

Y la realidad es que los trastornos alimenticios afectan por igual a mujeres y hombres.  de mucha maneras similares. Los hombres también sufren de autoestima baja, deshidratación y malnutrición al buscar una idea de perfección corporal socialmente impuesta. También la hormona sexual masculina llamada testosterona baja a consecuencia de ello. Ambos requieren terapia para recuperarse y ambos pueden lograrlo de igual forma.

Una alimentación saludable empieza en casa

Para evitar que los adolescentes y jóvenes sufran de trastornos alimenticios y sus consecuencias, los adultos deben dar ejemplo con conductas saludables. En especial si una buena alimentación aumenta tu rendimiento escolar, por ejemplo.

La importancia de incorporar hábitos de alimentación saludable en casa es esencial para que los futuros adultos puedan vivir una vida plena. No debemos anhelar cuerpos perfectos sino cuerpos sanos. Mucho más si la perfección está manipulada por PhotoShop, ¿no?

Comer debe ser algo placentero y también lo debe ser mantenerse saludable. Verse y sentirse bien pasa por aceptarse físicamente y evitar sucumbir a las presiones sociales artificiales que nada tienen que ver con la realidad.